Ushuaia, la despedida

Parte del diario de viaje Patagonia 2012


Al día siguiente emprendimos el regreso a Ushuaia, la última singladura de un viaje increíble, digno final para lo que fue la sobredosis de experiencias que tuve en la Patagonia. Una experiencia que me quedará marcada en el recuerdo para siempre, y que espero se repita algún día.

La Pinta en el Seno Pía
La Pinta en el Seno Pía

Tomamos el Beagle con nada de viento y llegamos al puerto de Ushuaia unas horas después. Estaba pronosticado mucho viento del Este por lo que todos los barcos que estaban amarrados al muelle se habían puesto en sus respectivas boyas, estar pegado a una estructura solida no es la mejor idea cuando se aproxima una tormenta. La Pinta no fue la excepción y luego de bajar el dinghy fuimos a hacer los trámites de aduana. Cuando volvimos al velero el mar ya era otra cosa, el viento del este había generado ondas de buen tamaño y nuestro velero se zarandeaba al unísono. Tanto es así que luego de más de 10 días de navegación sin haberme mareado, aquí, a 200 metros de la costa tuve mi primer sentimiento de estómago revuelto. Por suerte no pasó de eso e incluso más tarde, el movimiento me hizo dormir como un bebé en una cuna. Al día siguiente me despedí del capitán y del resto de la tripulación, agradecido con ellos y con la vida…

Y así termina mi relato de mi primer experiencia con la Patagonia, un lugar del mundo que solo habitaba en mi cabeza a través de historias, blogs y videos y que ahora es quizá mi lugar favorito en todo el mundo, con el cual tengo un romance que espero dure toda la vida. La vida me volvió a empujar al sur en 2014, ahora para otro viaje en velero con punto de partida Puerto Williams, pero esa es otra historia aparte a contarse algún día….

Buenas rutas (y/o vientos)!

Rafa

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