La Paz y Rurrenabaque, del Altiplano a la Selva

La Paz, capital del departamento homónimo y sede del gobierno Boliviano, del poder Legislativo y del Judicial. Al igual que Bolivia, es una ciudad de contrastes, de enormes contrastes. Una olla social, cultural y racial, con ricos muy ricos y pobres muy pobres lo que la hace en mi opinión en un destino ideal para mi programa número 1, perderme en las calles sin rumbo alguno y disfrutar de las sorpresas que tiene preparadas, las buenas y las malas.

La mayor parte de la ciudad esta sobre una especie de quebrada, como una enorme cicatriz en la tierra, con todas las casitas apiladas hasta en los barrancos. Toda la ciudad esta por arriba de los 3.000 metros sobre el nivel del mar lo que significa un posible apunamiento o mal de altura para los viajeros que sean mas sensibles o lleguen repentinamente. La ciudad no es muy grande y es ideal para recorrerla a pie. Cabe mencionar que hay que estar atento a los amigos de lo ajeno ya que es muy común que al menor descuido ese celular, cámara o billetera le pase a pertenecer a la ciudad.

Nosotros veníamos desde el oeste por lo que pasamos por la emergente ciudad de El Alto (supuestamente capital de los Aymara), entramos a La Paz directo a la terminal de bus para tomar un taxi hasta la casa de unos amigos donde nos quedaríamos. Al día siguiente amanecimos, hicimos el rutinario y siempre fiel matecito y salimos a patear la ciudad que tanta intriga generaba.

Al llegar al centro tuvimos nuestro primer encuentro con los mineros y su huelga, ellos (y ellas) exigían la explotación de una mina de estaño y zinc recientemente expropiada por el gobierno a una privada y estaban de movilización en la Avenida Prado. Era una protesta pacífica pero se sentía la presión, la ciudad llena de milicos armados en serio, carros anti motines de agua etc.

Cholitas aportando su granito de arena con la protesta
Cholitas aportando su granito de arena con la protesta
Y la otra cara de la moneda
Y la otra cara de la moneda

Caminamos por la Avenida Prado hasta la Iglesia San Francisco y de ahí subimos hasta la Plaza Murillo donde se encuentra el palacio presidencial, las sedes del poder Legislativo y Judicial y la mayor aglomeracion de palomas que he visto. Nos asoleamos un rato ahí y bajamos de nuevo hasta la Av. Prado para subir por la calle Sagarnaga y sus perpendiculares donde se encuentra el famoso Mercado de Brujas ya que hay varias tienditas que venden macumbas para cualquier mal que te aqueje. Las más notorias siendo los fetos de llama, supuestamente abortados por el frío. Creo que si te tas construyendo una casa tenés que enterrar uno abajo del pilar principal para que todo marche viento en popa.

En las plazas de La Paz, bolivia
Postales en las plazas de La Paz, Bolivia
Niños jugando con las palomas, Plaza Murillo, La Paz
Niños jugando con las palomas, Plaza Murillo, La Paz

También tomamos una combi pública (destino «Ceja») que va a El Alto para bajarnos justo en el borde del valle en el cual está contenida la ciudad de La Paz, la vista es impresionante. El «Valle de la luna» también mereció una visita y  tal como lo describe la Lonely Planet, está muy sobrevalorado.

Hacia la selva

Uno de los programas mas populares para realizar desde La Paz es «el tour de la selva» y «el tour de las pampas«, ambos requieren viajar hacia la ciudad de Rurrenabaque, a orillas del Río Beni, a 400 km al norte de La Paz y al borde de la selva Boliviana, o de lo que va quedando de ella.

En «el tour de la selva» te metés en la selva espesa y ves mucha flora pero no tanta fauna (con chances de ver jaguares y otros grandes animales sin embargo). En el segundo, «el tour de las pampas«, se va 3 o 4 días a campamentos a orillas del Río Yacuma y fue el que nosotros realizamos.

Resulta que en la temporada de lluvias, toda esta zona e un enorme manglar de cientos de km de extensión que alberga infinidad de especies, ahora en la temporada seca, solo quedan los ríos mas importantes por lo que toda esa fauna que antes estaba distribuida a lo largo y ancho del manglar ahora se ven obligados a vivir como buenos vecinos en el hilo de agua que queda. Infinidad de yacarés, caimanes, anacondas, pirañas, monos, pájaros de todo tipo (el paraíso para avistaje de aves) y para mi las estrellas, los delfines rosados (también conocidos en Brasil como Botos). Además siempre hay otros viajeros de todas partes del mundo con los que es muy fácil congeniar.

Para llegar a Rurrenabaque desde La Paz tomamos un agónico bus de 22 horas (para recorrer 400 km) hasta Rurrenabaque. Cuando digo agónico va en serio, el bus, ese día hasta la boca de gente, recorre gran parte del trayecto por caminos al borde de precipicios enormes que ya se han cobrado muchas vidas. Muy seguido el bus se encuentra con otro que viene en dirección contraria y ambos deben ajustarse milimetricamente para no terminar en desastre. Muchas veces metiendo reversa y volviendo hacia partes menos angostas de la ruta…de menos…Por eso es que en realidad, la mayoría de los viajeros elije ir en avión, otros deciden probar el bus (y vuelven en avión porque tuvieron una pésima experiencia) y finalmente estamos los que fuimos y volvimos en bus, porque no queda otra.

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La pesca del día. Muchos saltaban solos a nuestro barco mientras navegabamos

Nosotros fuimos con la empresa Fluvial Tous y anduvimos bien de bien, nada lujoso obviamente pero buen servicio y el guía macanudo. Existen un par de empresas con varios «campamentos» sobre el rio a los cuales se llega en unos barcos finos y largos de madera. Como hace bastante calor se duerme en cuartos abiertos y con mosquiteros, de nuevo, nada lujoso pero bien, es parte de la experiencia yo creo. Estos alojamientos están todos contruidos sobre pilotes, evidenciando la crecida del rio en la época de lluvias.

El «tour» es eso, un tour, por lo que viene con actividades ya planeadas. La que yo esperaba con mas ansiedad era la nadada con los delfines, en las que se toma el barco y se navega por el río en búsqueda de estos mamíferos. Estos delfines son muy diferentes a sus parientes del océano: para empezar viven en agua dulce y en un río. Esto requiere un gran conocimiento e instinto ya que muchas veces los ríos se cortan y no permiten el paso, quedarse atascado en una laguna seria mortal. Además, están adaptados especialmente a su hábitat ya que tienen una articulación en el «cuello» para poder manejarse entre los rebuscados ríos llenos de plantas, arboles y demás objetos y tienen muy bien desarrollado su radar, ya que las aguas son casi totalmente turbias y la visión no les serviría de nada.

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Nadando con los delfines

Otra actividad es la»caza de Anacondas» en la que se va al bañado en búsqueda de este manso reptil con mal-merecida reputación gracias a Jeniffer Lopez (vale aclarar que no se caza propiamente dicho, simplemente se las captura y vuelve a soltar). La pesca de pirañas es otra de las actividades pero no siendo muy fan de la pesca me dedique a admirar el paisaje y festejar las capturas de los compañeros de viaje. También hay un bar al que se puede visitar en barco, esta bueno tomarse una birra mirando el atardecer sobre el descampado. En nuestro caso también pudimos jugar un picado de fobal con los guías y huéspedes del resto de los campamentos, corrieron codazos y patadas como loco pero fue muy divertido. El resto del tiempo es libre lo pasamos tomando unos mates en la orilla del rió, asoleandonos cual cocodrilo y a 3 o 4 metros de estos, literalmente (incluso como había un buen lugar de sombra frente al campamento pero en la otra orilla del río, la técnica era cruzar nadando golpeando el agua para que estos mansos reptiles se vayan corriendo…)

Acá una perlita que por suerte termino bien: camino al campamento se me ocurrió la maravillosa idea de pararme en la proa del barco levantando gloriosamente la bandera de Bolivia…

De Rurrenabaque volvimos en otro bus a La Paz, por suerte esta vez de 14 horas de duración, con la idea de salir lo antes posible de nuevo hacia Perú ya que se rumoreaba, por el tema de los mineros, una huelga general. Tomamos uno bus a Puno y de ahí otro enseguida a Arequipala ciudad blanca, llamada así por dos razones, la primera es que gran parte de las construcciones están hechas con una piedra volcánica llamad Sillar, de color blanco. La segunda es que supuestamente la población fue históricamente predominantemente española y no tan indígena.

Terminal de Bus de La Paz
Terminal de Bus de La Paz

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