A eso de las 8.30 AM ya estaba en la ruta donde me levantaron un par de trabajadores de telecomunicaciones y me tiraron de vuelta en la mítica ruta 40. Ahí espere casi dos horas con mucho viento y pasando bastante frío hasta que me levantó una familia de campo y me llevaron hasta El Calafate. Tuvimos una pequeña falla mecánica pero por suerte vino «Carlitos» a rescatarnos. Como teníamos poco gasoil había entrado aire y hubo que aflojar un poco los inyectores y listo. Luego de despedirme y agradacer por la gauchada me dejaron en una estación de servicio en el centro de la ciudad de donde arranqué mi recorrido para averiguar precios de hostels y campings. Terminé alojandome en el hostel «Calafate» que esta tremendo. Con una construcción en madera, restaurant y areas comunes muy macanudas, no se puede decir si es hotel o hostel, creo que ambos.
El Calafate en si no es gran cosa, debo decirlo, sacando la calle principal que tiene tiendas de ropa de montaña, es solo eso. Me resulto un poco desabrida. La ciudad no esta contra el lago ya que entre medio hay una zona de bañados y lagunas (Laguna Nimez) con gran cantidad de aves que si me gustó mucho.
Haciendo caso omiso a las recomendaciones de que no haga dedo para ir al Glaciar Perito Moreno, me mande igual y vaya que resulto. Me levantaron tres minas, una de Córdoba, otra de Capital y otra de El Calafate. Muy macanudas, nos matamos de la risa todo el tiempo, me invitaron con sanguches y tomamos mate dulce, que no se enteren en Uruguay porque me deportan! En la entrada las chicas me mandaron hablar lo mínimo indispensable a ver si pasaba por un hermano Argentino ya que la costo sería de la mitad. Obviamente en portería me pidieron documentos y fingí un ocurrente olvido. En eso uno de los porteros mientras inspeccionaba el auto pregunto me mira y dice- «tan seguros que no hay ningún uruguayo mezclado?» jaja por suerte nos dejó pasar y seguimos viaje.
El glaciar es TREMENDO (ya me estoy cansando de usar esta palabra pero no me queda otra, este viaje fue TREMENDO). Es algo que parece de otro planeta, totalmente increíble, como la fortaleza de Superman. Como todo glaciar esta en constante movimiento, cruje con unos estruendos tremendos cada apróx 5 minutos y quizá cada 20 de desprende un enorme pedazo de hielo que cae al lago generando olas que aún a la distancia se hacen respetar. Es realmente una maravilla del mundo con todas las letras, lo diga la Unesco o no. Otra característica que tiene es que es enorme y se ve desde muy cerca. Los infinitos tonos de azul y blanco cambian minuto a minuto dependiendo de donde se lo mire o de como pegue la luz. Otra particularidad es que el glaciar avanza y retrocede y en muchas ocasiones, al retroceder, cierra el paso entre los dos lagos que tiene a uno y otro lado. Esto genera un desnivel del lado que tiene mas afluentes y puede llegar a ser 6 metros mayor que el otro. Esto es hasta que esa presa que quedó cede y/o se derrumba. A veces antes de caer, se transforma en un arco impresionante, muy popular en las postales del glaciar. De vuelta en El Calafate donde me tiraron en el centro, volví al hostel y salí a imprimirle unas fotos que nos habíamos sacado para regalarles un recuerdo, en muestra de agradecimiento. Buenos momentos.
Al ser sábado me fui a la pizzería «Cambalache«, pegada al hostel donde me pedí una muzarella enorme y fui retado amistosamente por los de ahí para ver si la terminaba. Otra linda historia del viaje; como había charlado bastante con el mozo acerca de mi viaje y sobre todo mi forma de viajar, cuando me vino la cuenta, que sumaba 69 en el total decía 60. Fui a la caja y les comente de su error, ahi entendí que no era un error, era un gesto solidario para con un viajero. Intenté pagar lo justo pero no hubo de nada y me cobraron 60. De salida pase por la mesa y deje dos pesos de propina y cuando me estaba yendo salió el mozo a los gritos para devolvermela! No pude aceptar e hice que se la quedase. Me fui con una bandejita con mis 2 triángulos de pizza que sobraron y un muy lindo recuerdo.
Fue un día completo, más allá de lo lindo de viajar, de los paisajes espectaculares, las anécdotas y las actitudes solidarias de la gente como las escritas me emocionaron durante todo el viaje.