Este texto es parte de mi Diario de Viaje por la Patagonia. Recomiendo tambíen pasar por mi guia con información y consejos de como armar tu visita de la que extraje los tres primeros párrafos de este post para una breve introducción.
Introducción
El Parque Nacional Torres del Paine es una enorme reserva protegida en la XII Región de Chile. Se encuentra a aproximadamente 110 km al norte de Puerto Natales limitando con el Parque Nacional Los Glaciares, perteneciente a Argentina. Es quizá uno de los lugares de trekking más populares del mundo, miles de turistas de todos lados lo visitan cada año, hasta creo que son más los extranjeros que los propios chilenos.
El parque es completo y en mi opinión una especie de resumen de lo que la Patagonia es. Realmente lo tiene todo, montañas increíbles de varios tipos geológicos, glaciares, lagos de todos los colores, vegetación patagónica exuberante, ríos y aguadas que bajan del deshielo proveyendo a los miles de visitantes del agua más pura que he probado. En cuanto a la fauna, los más afortunados pueden llegar a ver Pumas o Huemules pero también se pueden observar cientos de especies de aves, como los majestuosos Cóndores así como también los infaltables Guanacos y zorros, estos últimos frecuentes en la vuelta de los refugios y campamentos.
Hay una cosa más que se puede ver en el parque y es para mí lo más importante. Los restos inertes de las zonas que sufrieron el ultimo incendio en 2011. Gran parte del recorrido izquierdo de la «W» parece Mordor de El Señor de los Anillos y es algo que parte el alma de observar. A mi me encanta hacer fogatas, me encanta simplemente tirar mi carpa donde me agarre la noche y cocinar ahí pero aún así, las reglas son claras en todo el mundo, NO SE PUEDE HACER FUEGO EN LOS PARQUES NACIONALES Y SE DEBE ACAMPAR SOLO EN LOS LUGARES DESIGNADOS. La regla es clara y hay que respetarla ya que hasta el más experimentado puede cometer un error y así se queman 17 mil hectáreas de belleza natural indescriptible que le tomará muchísimos años recuperarse, si es que lo hace.
Un aspecto negativo del parque es que lo que tiene de hermoso lo tiene de comercial. Para empezar hay que pagar la importante entrada, casi sin distinción de edades. Lo segundo, es casi imposible hacer cualquiera de los circuitos sin pagar por lo menos uno de los campings privados. Existen gratuitos (los de la «Conaf») pero al menos cuando yo estuve, la gran mayoría estaba inhabilitado. Y no critico la existencia de los privados, ya que permiten que mucha gente pueda visitar el parque que en otras condiciones no lo haría, pero creo que debería haber una forma de poder hacer cualquier circuito de forma gratuita. Si esto requiere pagar más en la entrada, ok, pero no tener que andar sacando la billetera en el medio de la montaña, creo que no va con el espíritu de la actividad.
Vuelta al diario…
El bus desde Natales demora casi hora y media haciendo una innecesaria parada en Cerro Castillo para que la gente se baje a comprar desde cafés a souvenirs. En el bus conocí a Rick, un medico australiano de 70 pirulos que iba a hacer la W extendida, un capo. Como el circuito completo estaba cerrado por temas de clima (aparentemente mucha nieve en el paso del campamento Perros al Los Guardas) me tire a hacer la W. Decidí arrancar por el lado oeste del parque y dejar las famosas torres para el último día, como recompensa. El bus llega primero a la Portería donde se abonan unos 18.000 pesos chilenos y te muestran un video informativo. De ahí sigue a la siguiente parada, sobre el lago Peohe donde toda la gente que arranca por el oeste se baja ya que desde ahí se toma el catamarán hasta el Camping Peohé. Los inadaptados que quedamos hasta la parada final del bus, La Administración donde comienza mi caminata.
Día 1
Luego de preparar todo el equipo, tomar un trago de agua y revisar el mapa arranqué a buen ritmo con destino el Campamento Guardas. Me habían dicho que podía estar cerrado…vaya sorpresa. Decidí meterle buen ritmo y ver que novedad. El tramo hasta el Camping Peohé es muy fácil, ideal para ir entrando en calor, calentando las tabas. Sin cambios de altura (quizá algo sobre el final) y todo sobre un suave pasto y tierra. Enseguida ya se divisa el enorme macizo de piedra, imponente, difícil de describirlo con palabras.
Al llegar al Camping Peohé paré a tomar agua y descansar un poco. En seguida me abordó el encargado del camping para ofrecerme parcela, cama en el refugio, carpa, etc. Le agradecí y comenté que no precisaba nada y que iba camino a Los Guardas. En seguida me dijo que estaba cerrado y que me quede ahí esa noche. Le repliqué que si no llegaba o si estaba cerrado me quedaría en el Refugio Grey, a lo que enseguida me dijo que nunca llegaría a Grey antes de la noche, a lo que le replique que venía metiendo buen ritmo y creía que llegaba. Ahí es donde me dijo –pero mirá que va a llover eh? quedate acá y manana arrancás– Yo ya medio irritado le dije que estaba preparado para el agua y que no me iba a quedar ahí. Jugó su última carta y me dijo con tono amenazante que si los de la ofician de la Conaf cercana a su camping me veían continuar no me iban a dejar pasar. Yo cansado del tipo como estaba cargue mis petates y arranque. Ni me pararon, ni llovió y llegue al Grey con mucha luz.
El tramo desde El Camping Peohé hasta el Refugio Grey es ya un poquito más demandante. Casi todo sobre piedra y con bastantes subidas y bajadas. Solo recomeindo hacer Administración-Grey como yo si sabemos que le podemos meter buen ritmo. Intentar llegar al Campamento Los Guardas iba a ser imposible, además estaba en efecto inhabilitado. Una opción, en caso de que Los Guardas esté habilitado, es quedar la primer noche en un pequeño camping que hay en el tramo Administración-Camping Peohé (creo se llama Laguna Linda). Al día siguiente, teniendo todo el día, se llegaría a Los Guardas bien.
El tramo C.Peohé – Grey ya es en la base del macizo y se siente realmente la dimensión descomunal del paisaje. Pampas y bosques, lagos etc. El otro aspecto que se ve en este tramo es la desolación y muerte que trajo el crudo incendio, una lástima.
El Refugio Grey está muy bien hecho. Tiene un refugio propiamente dicho donde se puede reservar una noche, duchas de agua caliente y todo el color. Por supuesto también hay camping para montar carpas (pagando claro) y un área de uso común donde cocinar. También te permiten bañarte en los baños del refugio, oferta que acepté de muy buen grado. El agua caliente era un hilito pero bien igual.
Día 2
Me levanté temprano, el plan era subir hasta Los Guardas ya que en el camino hay miradores con vistas al imponente glaciar Grey. preparé mis cosas y las dejé ahí para levantarlas a la vuelta. Una linda caminata que se terminó extendiendo hasta casi el Campamento Paso, ya que yo quería ver el glaciar desde arriba. Valió la pena el esfuerzo. Luego de admirar el paisaje por un buen rato, emprendí la vuelta, levanté campamento y puse rumbo a el segundo campamento, Italiano (Conaf). Para llegar a dicho campamento debemos caminar al costado del policromático Lago Nordenskjol que nos regala su abanico de colores, cambiantes con cada minuto.
El campamento Italiano es muy popular, casi siempre lleno. Las instalaciones están moderadamente bien. Los baños son….ejem….bueno, son ok. Monté campamento y me puse manos a la obra en el tema cena, la que compartí con un grupo de Coreanos al que creo que ofendí por asumir que Gangnam Style era el único tema conocido de Psy, y no es broma.
Día 3
Luego de un desayuno liviano (Pan con dulce de leche, maní y chocolate) emprendí la subida hacia el Valle del Francés. Que lugar! un valle rodeado del macizo de piedra, con un torrentoso río de deshielo durante todo el trayecto. Al fin de el recorrido, luego de pasar el Campamento Británico (también Conaf, también cerrado) hay un muy lindo mirador, desde el cual se pueden observar la parte de «atrás» de las famosas torres, así como todo el espectacular valle en general.
Luego de llenarme el ojo de maravillas, bajé al Campamento Italiano donde me quedaría una segunda noche. Cociné unas pastas a la orilla del río y al sobre, mañana me esperaba un día largo.
Día 4
Día demandante, muchas horas de caminata y con algo de altura en el tramo final. Llegué finalmente a el Campamento Torres (Conaf), en la base de las famosas torres. El paisaje no debo aclarar que es espectacular. Se puede apreciar como era antes la zona ahora inerte por el incendio
Luego de instalarme me fui a tomar unos mates a la cabina del guardaparques que como casi todos era muy amigable. Charlamos de todo un poco y hasta me retó por haber ido un poco más allá del sendero marcado el día anterior. Me recordó que si algo me hubiese pasado ellos me iban a ir a buscar, arriesgando su salud y/o vidas independientemente de mi irresponsabilidad. En resumen, estuve bien retado.
Día 5
Al día siguiente subí a las famosas torres, no antes del amanecer como se recomienda porque estaba nublado pero enseguida. La subida no es ni fácil ni difícil. Si diría que no es para todo el mundo, pero eso lo verá cada uno sobre la marcha. Las Torres del Paine son un espectáculo indescriptible, cuesta imaginárselo sin verlo personalmente. La dimensión del paisaje es abrumadora y difícil de analizar en perspectiva.
Una vez abajo, luego del reto del día anterior, le pedí permiso al guardaparque para continuar hasta el Campamento Japonés y Valle del Silencio. Un tramo para nada difícil, hermoso como pocos, todo cubierto por un enorme bosque. También hay que cruzar dos o tres lenguas de hielo que bajan de la montaña. Otro paisaje digno de ver es los lugares en los que han habido avalanchas de piedras, los arboles tán partidos como palitos mondadientes.
Luego de levantar mis cosas en el Campamento Torre, mates de por medio me despedí de el Guardaparques, charlé con unos paisanos de Montevideo y emprendí mi retorno destino; Portería Laguna Amarga. Que tramo bravo, no por su dificultád sino porque debía estar en la Portería para las 6 o me quedaba sin bus. Tuve que casi correr con mi mochila y llegué haciendo señas para que me esperen. Cuando me desplomé en el asiento sentí por primera vez en el viaje que quizá había cinchado un poquito demasiado de la piola…
El parque vale la pena el esfuerzo, ya sea en tema días o el económico. Espero volver pronto para hacer el circuito completo.