Patagonia – Parte 15 // Río Grande, capital mundial de la Trucha

Mi chofer me tiró en lo de en aquel entonces mi futuro amigo Luis, primo de una gente amiga de Uruguay que me recibió calurosamente con su señora. Comimos algo y Luisito me tiró en la rambla de Rio Grande. La verdad es que a primera impresión la ciudad no me pareció muy pintoresca pero la caminata por la ventosa rambla con la inmensidad del Atlántico y la caída de la tarde me fue ganando poco a poco mi aprecio. Creo que precisaba ese tiempo de caminar solo por la ciudad para hacer esa adaptación ya que venía recorriendo, desde hace más de un mes, zonas andinas consideradas de las más pintorescas del mundo. Un dato interesante es que como Río Grande es la ciudad más cerca de las islas Malvinas/Falklands, fue el centro principal de operaciones durante esta triste guerra. Está por lo tanto llena de monumentos y memoriales que desgraciadamente hacen poco por aliviar el dolor de las miles de personas afectadas.

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Monumento a las Malvinas en Río grande

El principal atractivo de Río Grande es, valga la redundancia, el Río Grande que la atraviesa. Supuestamente es el mejor lugar en el mundo para la pesca de truchas lo que le ganó a la ciudad el nombre de la capital mundial de la trucha y ha sido visitado por ex-presidentes y personalidades famosas que vienen a quedarse en las míticas estancias con costa al río.

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Puente sobre el Río Grande

Después de mi paseada por la rambla volví a la casa y fuimos con Luis a un museo gratuito muy lindo para luego visitar la Estancia María Behty de la flía Menéndez-Behty. Esta estancia mítica está entrelazada con la propia historia de la Tierra del Fuego. Originalmente de un tamaño de 180 mil hectáreas, hoy es de unos humildes 63 mil. La estancia es en si un pueblo con capilla, talleres, salas de máquinas pero lo que sobresale es su galpón de esquila, actualmente el más grande del mundo con capacidad para 40 tijeras simultaneas. Habiéndome criado viendo esquilar ovejas en mi Salto oriental con máquinas de hasta 6 tijeras, ver este enorme galpón me gustó mucho. La prensa principal de lana es la original traída de Inglaterra. La luz del astro rey poniente se filtraba por las nubes del horizonte y estaba ideal para mi cámara. Toda la estancia, pintada de un color rojizo intenso, se lució como una modelo en una sesión de fotos.

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El galpón de esquila más grande del mundo, como prendido fuego con el atardecer patagónico

De ahí partimos de vuelta a la ciudad y lo que hace unos minutos era una luz perfecta para la fotografía se transformó en un atardecer que me quedó grabado en mi memoria. He tenido suerte de ver cientos de atardeceres en mi vida, Uruguay de por si regala muchos increíbles pero este me dejó boquiabierto. No se si las altas latitudes tendrán algo que ver pero nunca había visto todo el cielo encendido de múltiples tonos de rojo incandescente. Parece que el día me estaba regalando una ironía, un cielo incandescente en la Tierra del Fuego. Con todo esto Río Grande se midió con mis destinos anteriores y se ubicó orgullosamente en la mesa de los lugares a los que espero volver en breve.

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